Las ignimbritas andesítico basálticas Licán y Pucón corresponden a dos eventos eruptivos explosivos mayores del volcán Villarrica. Corresponden a los segundos depósitos de flujos piroclásticos con estas características descritos en Chile luego de la Ignimbrita Curacautín (volcán Llaima), y de los pocos descritos en el mundo.
La Ignimbrita Licán tuvo, en general, el transporte típico de un flujo piroclástico laminar a gran velocidad; en cambio la Ignimbrita Pucón tuvo un transporte mixto entre laminar y turbulento a una velocidad aparentemente menor.
Los niveles con estructuras sedimentarias de la Ignimbrita Licán sugieren que el flujo viajó, en parte, de forma turbulenta. Esto podría deberse al paso a gran velocidad a través de la jóven topografía glaciaria, como a la incorporación y carbonización de vegetación con el consiguiente aporte gaseoso, disminuyendo la concentración del flujo.
La erupción que originó la Ignimbrita Pucón tuvo marcadas características vulcanianas y freatomagmáticas. La gran cantidad de líticos y la presencia local de imbricación, gradación y vesículas en algunas facies de la Ignimbrita Pucón, sugiere que junto con el colapso del cono volcánico, el agua tuvo un rol importante durante el transporte del flujo. En algunos sectores la proporción de fluidos habría sido lo suficientemente alta como para permitir que el flujo viajara, en parte, de manera turbulenta como una oleada piroclástica.
Es importante destacar, que no se han encontrado depósitos piroclásticos co-ignimbríticos relacionados con ambas erupciones explosivas. En consecuencia, la génesis de estos flujos no habría sido producto de "colapsos de columnas eruptivas elevadas", si no más bien por "colapsos instantáneos de columnas bajas muy densas" o por "salida y precipitación instantánea de una masa piroclástica muy densa", sin generar una columna de gran altura. Éste último proceso fue descrito en la erupción de 1877 del volcán Cotopaxi (Ecuador), el cual originó flujos piroclásticos escoriáceos, debido a una salida continua de "una masa densa e incandescente de piroclastos", a modo de una "efervescencia o ebullición". Por otra parte, es interesante mencionar, que el depósito de flujo de piroclastos escoriáceo del Cotopaxi, posee bombas con superficies tipo "coliflor", las cuales se generan por el escurrimiento de un flujo sobre un glaciar. Al igual que el Cotopaxi, el volcán Villarrica también está cubierto por nieve y glaciares, lo cual explicaría la presencia de las bombas tipo "coliflor", tanto en las ignimbritas Licán y Pucón, como en depósitos recientes. Además, la presencia de glaciares es una componente importante en la generación de erupciones freatomagmáticas e implica mecanismos singulares durante el transporte de los flujos, otorgándole características distintivas a los depósitos.
Estos episodios de gran explosividad del volcán Villarrica se encuentran alternados con erupciones relativamente tranquilas con emisión de lavas y depósitos piroclásticos de caída, como los que historicamente ha emitido. Sin embargo, no se ha podido establecer aún el patrón que pudiese determinar la ocurrencia de uno u otro estilo eruptivo. Esto es aún más importante considerando que, probablemente, el volcán Villarrica aún se encuentra en su etapa explosiva, y el último flujo piroclástico fue generado hace 1620 años cubriendo un área de más de 2000 km² en torno al volcán.